Desde tiempos de los antiguos Egipcios y más allá, el incienso fue utilizado con los fines religiosos por los efectos que causa su olor al quemarlo: aromatiza el templo, relaja la mente de los presentes e induce en el estado receptivo y, además, desinfecta el aire.
Para producir el aceite del incienso se utiliza la resina de este enigmático árbol.
Su aroma calma y relaja